martes, 15 de julio de 2014

QUÉDATE...

Este texto de Carolina Vásquez Araya trata el problema de la migración infantil en la frontera entre México y los Estados Unidos.



En la vida de todo ser humano hay un momento para decir ¡basta! Es de preguntarse cómo detonó el problema de la niñez migrante que tiene en jaque al sistema de inmigración estadounidense. Porque no es un tema nuevo, no es que miles de niños, niñas y adolescentes se hayan puesto de acuerdo para irrumpir de pronto en las tierras de la fortuna y los sueños de prosperidad. No. Es una historia de mucho tiempo atrás, desde cuando los países de origen de esta joven población dejaron de invertir en ella.

Quédate, es un mensaje emotivo pero irreal. Quédate, ¿para qué? Para continuar una vida de privaciones y maltrato. Para observar cómo otros niños asisten a una escuela en ruinas y ni siquiera tener esa posibilidad, porque es preciso contribuir a los gastos del grupo familiar. Para sufrir el acoso de sus pares, muchos de los cuales escogieron el camino de la violencia para subsistir.

Quédate, pero no te daré protección. Para eso no hay recursos en una administración orientada hacia otros fines muy distintos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Por lo tanto, quédate pero te las arreglas como puedas. Y si persistes en tus demandas, si protestas y haces ruido, entonces vamos a someterte a la acción de la justicia. Si quieres puedes trabajar como guajero o fabricando cohetes para las celebraciones de otros, pero no pidas más.

Quédate, aunque sabemos que tu padre te violó y tu madre te abandona a tu suerte. Pero ya eres una adolescente y tienes que ver cómo te defiendes en la vida. Este es tu país, no te ofrece mucho, pero irte en una aventura tan peligrosa tampoco es la solución . Si quieres un refugio, búscalo por tus medios porque no podemos invertir en esos rubros. Ya no hay presupuesto.

Quédate y enfrenta con coraje la miseria que te rodea. Si tienes fe, sabrás que nadie puede ir en contra del destino que le tocó y lo mejor es resignarse. Claro que te espera un embarazo precoz, una vida de privaciones y violencia, pero nadie está libre de las desgracias y los momentos difíciles. Pero si te quedas, por lo menos estarás rodeada por los tuyos y eso es mejor que morir aplastada por la Bestia. 

¿Cómo pedir tanto a un ser que apenas empieza a vivir? ¿En qué marco ideológico o doctrinario cabe la premisa de que el dolor se soporta mejor en casa, sin pensar en buscar otros rumbos más propicios para luchar por su propio desarrollo? Lo que se ve en la frontera de México y luego entre México y Estados Unidos es una fuga por pura desesperación. De acuerdo con algunos datos extraoficiales de organizaciones dedicadas a la atención a la niñez, el primer motivo de estas niñas, niños y adolescentes para huir de su país es la pobreza. No son conjeturas, es que la pobreza es abrumadora, tan demoledora del espíritu como la falta de estrategias de desarrollo desde los centros de poder.

Para que se queden es indispensable ofrecerles alguna solución concreta. Si se quedan, deben tener en dónde vivir en condiciones adecuadas, en dónde estudiar, en dónde recibir alimentación balanceada, en dónde vestirse y en dónde jugar y distraerse de acuerdo con su edad. Si nada de eso se les ofrece, ¿cómo podemos pedirles tal sacrificio?


FUENTE: Prensa Libre.com 

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