martes, 24 de febrero de 2015

¿Cuánto dinero le debe Grecia a España?


Por Eduardo Garzón Espinosa y Carlos Martínez Núñez


En los últimos días varios representantes políticos han opinado sobre la cantidad de dinero que tiene en juego el Estado español en Grecia, a tenor de la posibilidad de que el gobierno griego consiga reestructurar su deuda pública o aplicar alguna quita parcial. En particular, el portavoz del PP en la Eurocámara, Esteban González Pons, hizo la siguiente declaración: "Los españoles les prestamos 26.000 millones, y yo no soy partidario de perdonárselos; que nos los devuelvan, porque nosotros también los necesitamos". Por su parte, el ministro de economía Luis de Guindos afirmó lo siguiente: "Hay 26.000 millones de euros prestados y España tiene que velar por ese dinero, que es de todos los españoles. Yo creo que cualquier político responsable lo que quiere es que ese dinero se recupere". Por último, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, sostuvo que si España no hubiese prestado 32.744 millones de euros a Grecia podrían haber aumentado "las prestaciones un 50% o aumentar las pensiones un 38%". 

En primer lugar, y tal como se puede observar, las cifras que facilitaron estos dirigentes no coinciden: un propósito de este documento es explicar a qué se deben estas diferencias. En segundo lugar, algunas de sus afirmaciones son directamente falsas; el segundo propósito del documento es explicar de forma asequible y sencilla por qué lo son. Veamos.

- En mayo de 2010, el Eurogrupo propuso que todas las economías del euro prestaran dinero al Estado griego, que ya atravesaba grandes dificultades de financiación. Todos los países aceptaron la propuesta menos Eslovaquia. Portugal e Irlanda se retiraron del programa cuando pidieron su propio rescate. El Estado español terminó prestando a Grecia 6.659,48 millones de euros en correspondencia por su peso en la Eurozona. La deuda pública española aumentó en esa cantidad. Cuando transcurra el plazo acordado (en torno a 16 años), el Estado español verá de vuelta ese dinero. Si Grecia realiza una quita parcial a esos préstamos (algo que ya no pretende el gobierno de Syriza), el Estado español no vería de vuelta todo el dinero, pero sí una parte. Sólo en el caso extrañamente raro y altamente improbable de que Grecia realizara una quita total a todos esos préstamos, España no recuperaría ni un euro de esos 6.659,48 millones.

- Durante los dos próximos años el Banco Central Europeo (BCE) estuvo comprando deuda pública griega (por lo tanto, la deuda pública española no aumentó ni un euro). Cuando transcurra el plazo de vencimiento de esos títulos de deuda, el BCE recibirá el dinero que utilizó en las compras (España no recibirá nada). Si Grecia realiza una quita parcial a esos títulos (algo que ya no pretende el gobierno de Syriza), el BCE no vería de vuelta todo el dinero, y España tendría que asumir pérdidas por la parte correspondiente. Sólo en el caso extrañamente raro y altamente improbable de que Grecia realizar una quita total a todos esos títulos, España tendría que asumir pérdidas por 2.587 millones de euros (en correspondencia a su participación en el capital del BCE).

- Dos años más tarde, en mayo de 2012 el Eurogrupo decidió que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera gestionara las nuevas ayudas a Grecia. Este organismo logró que los inversores privados prestaran dinero a Grecia haciendo que los Estados europeos avalaran los préstamos. España avaló la cantidad de 18.113 millones de euros, y por lo tanto su deuda pública no aumentó nada. Cuando transcurra el plazo acordado (en torno a 30 años), Grecia devolverá el dinero a los inversores privados (España no recibirá nada). Si Grecia realiza una quita parcial a esos títulos (algo que ya no pretende el gobierno de Syriza), el Estado español tendría que pagar parte de esa cantidad no devuelta. Sólo en el caso extrañamente raro y altamente improbable de que Grecia realizara una quita total a todos esos títulos, España tendría que pagar 18.113 millones de euros.


La suma de las tres cantidades que perdería el Estado español en ese muy improbable y absurdo caso alcanza los 27.359,48 millones de euros, que es el volumen al que se refirieron de forma aproximada tanto Luis de Guindos como Esteban Pons. Lo importante es entender que sus afirmaciones no hacen honor a la realidad por varios motivos: en primer lugar, es absurdo situarse en ese hipotético caso que nadie considera, que es el de que Grecia haga una quita total a toda la deuda que afecta a España (y más aún sabiendo que el gobierno de Syriza ha abandonado esa posibilidad). En segundo lugar, incluso aunque la quita total tuviese lugar, España no "recuperaría todo ese dinero" (como dicen los citados responsables políticos) porque, tal y como se ha explicado, buena parte del dinero se lo devolverá Grecia al BCE y a los inversores privados, no a España.

Con respecto a la cifra (superior) que facilitó el ministro Margallo hay que entender que sumó cantidades que no debería haberlo hecho en ningún caso. A esos 26.000 millones de euros el ministro añadió los aproximadamente 6.000 millones de euros que se registran en el sistema interbancario europeo Target2 (esta cantidad cambia cada día). Pero se trata de un error importante, porque esa cantidad no es deuda del Estado griego frente al español ni se lo parece. En el sistema Target2 se anota todo el dinero que sale de un país de la zona euro hacia otro. El dinero puede salir porque se haya producido un préstamo entre Estados o por muchos otros motivos. La forma de anotar una salidad se representa en el "pasivo" del banco central del país en cuestión, y esto es lo que Margallo o sus asesores han confundido como "deuda". Por ejemplo, cuando un ciudadano griego saca el dinero de su banco (porque teme la quiebra del banco o por cualquier otra razón) y lo deposita en un banco español, en el sistema interbancario se anota una "deuda" del Banco de Grecia frente al Banco de España. Al mismo tiempo también se anota una "deuda" por la misma cantidad del banco español frente al ciudadano griego. Pero son sólo anotaciones contables; no es que el Estado español le haya prestado dinero al griego.

La perversa intención de manipular los datos para sembrar el miedo (y el odio) es evidente en este último caso, pero también se desprende lo mismo de las afirmaciones del ministro de economía y del portavoz del PP en la Eurocámara. Sus afirmaciones son incorrectas y su análisis no es riguroso: no tiene sentido remarcar lo que España perdería en un hipotético caso extremo que difícilmente ocurrirá, y mucho menos manipular los mensajes para que dé la impresión de que si Grecia cumple sus compromisos veríamos aumentar las arcas públicas en cantidades importantes. El interés de estos representantes políticos por situar a la ciudadanía frente a la posición del nuevo gobierno griego salta a la vista.



FUENTE: FEC (Fundación por la Europa de los ciudadanos).

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